Os presentamos nuestro último trabajo: "La vieja escuela", disponible para descargar desde aquí y para escuchar on-line en las principales plataformas.
Con las colaboraciones de Bode y Pajarillo (Porretas) y Lülü.
Despertar... (2003).
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Despertar
He roto colinas buscando un tesoro que no pude hallar,
tragando injusticias pensando en vano como evitar
el ser humillado cuando buscaba la libertad,
follando tristezas servidas con hielo en algún bar.
Sólo quiero respirar, sin tenerme que explicar.
Con mis ganas de vivir, no mirar nunca pa atrás.
No tener porqué partir pa poder sobrevivir.
Que llorar no sea así tu manera de vivir.
Buscando contigo embarcaderos donde arribar,
ahogando esperanzas en este río de soledad,
forzando quimeras, bordando utopías quizá pueda encontrar
belleza en el mundo, que nadie se ría de mi realidad.
Quemando banderas, no más pateras, un puente en el mar;
olvidando miserias, olor a muerte en el arrabal;
tapando cañones, haciendo jirones su plan militar.
Finales felices a historias reales sin tener que soñar.
Vis a vis
Llora el reo solitario
cuando van a visitarle
y le dicen que, por fin,
va a tener un vis a vis.
Paseando cabizbajo
por senderos enrejados
tira migas pa marcar
por donde ha de regresar.
Sus miradas tuestan soles.
Como dos ramos de flores
se deshojan al frotar,
cabrillean sus rincones.
Llega el nurdo despertar,
les arranca sus pasiones,
les condena a vacilar,
regurgita sus amores.
Pero el reo solitario
teje sombras a diario.
Yo te digo que es verdad,
le acompaño en su calvario.
Le confiesa la verdad,
se encabrona como él solo,
le cose el pecho a punzón.
¿Me preguntas? No sé como.
Se alborota donde hay pasto
siempre al loro de sus pasos,
pone trabas a placer
a su dulce amanecer.
Escuchando las estrellas
al remanso de su abrazo,
protegida del dolor
le susurra un triste adiós.
Galerna
¿Sabes que la mañana
no te deja de mirar?
Ya no sé lo que está bien, lo que está mal,
qué es mentira o qué es verdad;
Que tu boca más que hablar
suelta el cuento más falaz,
suelta anzuelos, suelta astillas, suelta garfios.
Es tu voz quilla en la mar,
son las olas mi pesar,
tus sonrisas son amarras por atar.
Mil galernas desmadejan mi razón,
desordenan mi cajón.
Mil temores zarandean el fanal
que me alumbra al despertar.
¿Sabes que por las noches
nada deja de girar?
Y tu mundo es muy pequeño para mí,
ahora déjame salir.
Zurce redes pa pescar
lo que no queda en la mar,
guía el rumbo hacia otras costas, otros faros.
Tu mirar parece estar
rebuscando soledad,
tras tu embozo de alegría tienes sal.
Las galernas amainan en brisas hoy,
ya no tendrás que soplar.
Que tu mundo es muy pequeño para mí,
quiero mar pa navegar.
El rastro de sentimientos
Mi corazón de saldo en el rastro de sentimientos
busca comprador para ganarse el sustento.
No sé dónde ibas con esos ojitos tiernos
pero tu mirada me hizo caer al suelo.
Yo estaba loco en el rastro de mis adentros
perdido sin saber lo que era cierto.
En el fondo de un vaso veo pasar el miedo.
Para la Angustias yo era el primero.
Luego llegaste, torbellino de sentimientos,
las nubes, por fin, dejaron ver el cielo.
Tendidito al sol me encontraban los extraños
y ya no pensé en que me pudieran hacer daño.
Ya no quiero estar solito, sigo buscando en el cielo,
cuando acabe el cigarrito y cierre este cancionero,
seguiré siendo el primero en buscarme un sitito
a tu lado, en tu melena, abrazando tu ombliguito.
Vertedero
Debajo la alfombra busqué
trozos de canciones que nunca acabé,
para poderte dedicar
estrofas bonitas, sonetos que te hagan llorar.
Quiero untar tu vida con miel,
componer historias de amor to'los días,
pero se me pega la miel
y salen cuentitos de lobos, historias vacías.
Tú intentabas ondear
tu bandera al viento,
yo intentaba presumir
en un vertedero.
Ayúdame a ponerme de pié,
a esculpir el odio en cubitos de hielo,
esperar el amanecer,
sentir su calor remojaos con carita de lelos.
Quiero cavar un surco en tu piel
y enterrar adarmes de tiempo perdido,
quiero buscar en tu pajar
la aguja de oro que un día de forma a tu nido.
Ya de pequeño me gustaba soñar
en las bahías de mares prohibidos.
Ese verano me puse a volar
por pedregales de amores baldíos.
Nunca pensé que pudiera encontrar
entre las matas aquel manantial,
que tu candela pudiera alumbrar
el sótano frío de mi soledad.
Mi chica ideal
Me la presenó un amigo de aquellos de los de ayer
pero te juro no me acuerdo de su cara ni su ser.
Nunca quise enamorarme pero al final fallé,
no era fácil resistirse y me obsesioné.
El principio fue intenso, me ayudaba a soñar.
Hasta que llegó el momento, sin ella no podía andar.
Quise cortar, ya me quemaba, la quise olvidar;
ella juraba que me amaba, lo volvía a intentar.
Sólo quise darle un pico pero ella me violó,
Heroína se llamaba, invirtió mi situación;
me separó de los que amaba, mi vida destrozó.
Al final no quedó nada, cuchara sin tenedor.
¿Quién dijo que el infierno es algo inventado?
Nosotros lo sentimos, estuvimos encadenados:
Marionetas alocadas, con los hilos enredados.
Ya no me importa nada, morirse no es tan malo.
Invierno de sombras
No quiero cortejar
tus sonrisas con espinas.
No quiero ver gozar
tu mirada en mis heridas.
No lamenté
que la vieja piel que nos unía
acabara por ceder,
de tanto estirar dolía.
Ahora no hallo tu olor
en este invierno de sombras
donde me sumías.
Quizás no oiga tu voz
ni halle tu aliento, caliente,
cada nuevo día.
No quise ver la libertad
que me ofrecías
tras puñales y satén.
No quiero profanar
con mis flores tus cenizas.
Para este funeral
no hacen falta despedidas.
Ayer me juré
no volver nunca a este descampado
de promesas por romper
y de sueños cercenados.
No quiero despoblar
tus mejillas de colores.
No quiero ver llorar
a la flor de mis dolores.
No sé porqué
tus caricias dividen mi sueño
entre el odio a tu placer
y el amor a tu veneno.
A lomos
Subiendo a lomos de la esperanza, ciega y rota de manosearla;
creyendo que yo luchaba, que gritaba y amaba.
Como un grano de arena en una cala destartalada,
canto y bailo a tu mirada, enfrascada.
Ahora busco una hoja vacía
donde poder verter mi apatía,
donde seguir jugando
a que voy tirando.
Locura embadurnada de harina,
vuelta a vuelta en la cantina,
para ir cocinando un sueño muy largo.
Un día creí que quería una vida gris, vacía,
e imbuido de locura he encontrado que ya la tenía.
Sólo quiero desquitarme, romper las reglas, envalentonarme;
hacer, por fin, algo grande.
La última cena
Estoy aquí, sentado, en un rincón,
donde no calienta el sol,
donde no hallo paz
ni pasa el tiempo.
Estoy aquí, sentado, en un rincón,
donde no escucho tu voz,
sólo existe
un eterno lamento.
Tal vez quisiste algo más
– no era ese tu destino –.
Tan sólo queda esperar
el beso del olvido:
La última oportunidad
– tu última cena ha sido –.
Llega el momento, quizás,
de seguir tu camino.
Estoy aquí, sentado, en un rincón,
donde no llega el calor,
donde sueño
en un perpetuo invierno.
Estoy aquí, sentado, en un rincón,
donde el cerco de tu amor
arranca cada esquirla
de mi cuerpo.
Estoy aquí, sentado, en un rincón,
esbozándote un adiós
– siendo fiel
a cada nuevo intento –.
Estoy aquí, sentado, en un rincón,
sin saber pedir perdón,
sin haber lidiado
en cada encuentro.