La vieja escuela

Os presentamos nuestro último trabajo: "La vieja escuela", disponible para descargar desde aquí y para escuchar on-line en las principales plataformas.

Con las colaboraciones de Bode y Pajarillo (Porretas) y Lülü.






Aperitivo (2012).

Contando los días

Miseria y sinrazón

Nací en un mundo que no pude elegir,
lleno de miseria y sinrazón.
La infancia es algo que me niegan vivir,
trabajando de a sol a sol.

No tardaron en adiestrarme para combatir,
no me dejaron otra opción.
Con doce años, ya empuñé un fusil
y he sufrido la prostitución.

En este infierno me encuentro atrapado,
no veo salida ni solución.
Todos nuestros sueños los exterminaron,
rostros inundados de desolación.

Para el capitalismo soy mano de obra barata,
millones de niños en la misma situación.
Penosas condiciones, interminables jornadas;
hacen imposible que acceda a la educación.

Sueño con un lugar, muy lejos de aquí,
donde encontrar la libertad y volver a sonreír.
Sueño con volar, de aquí a otro lugar.
De este infierno escapar, recuperar la dignidad.

En una tierra donde reina la codicia:
desequilibrio y marginación.
La esperanza dejó hueco a la apatía,
la alegría también huyó.

La dura realidad me golpea noche y día,
único escape: la imaginación.
Muchos se preguntan a qué llaman justicia
bajo las redes de la explotación.

Partidas perdidas

Cuando nada tiene sentido,
cuando te sientes hundido
todo pasa alrededor, tú te atascas en tu interior,
no encuentras a que agarrarte,
siempre acabas por quemarte.

Ya no sabes donde estás,
olvidaste a donde vas.
Agobiado en tu dolor, no hay causa ni razón,
buscas puertas, buscas salidas,
siempre pierdes la partida.

La salida, no es saltar,
es tu vida, hay que pelear.
Si te fijas, hay mucho color,
no te borres, no digas adiós.

No pongas piedras en tus bolsillos,
Todo es mucho más sencillo:
Hay sonrisas que hacen volar, muchas cosas te harán soñar,
un pequeño querrá abrazarte,
mucha gente quiere ayudarte.

En la vida hay muchos trenes
coge uno, no lo esperes
El camino hay que hacer, hay que andar para conocer, paso a paso lo recorres, no hay atajos.

En el charco se puede nadar,
no te ahogues, tu puedes flotar.
Pide ayuda, hincha el corazón.
En tus venas el viento a favor.

Reacciona y vive.
Tu vida se reescribe.
Reacciona y vive.
No llores más y sigue.

Pueblos olvidados

Son rojos los ladrillos de la tapia del cementerio
de sangre que alguien derramó.
El sol no brilla nunca, sólo hay sombra, de luto por ellos,
aquéllos que ahí mismo se enterró.
No hay niños que jueguen en el patio del colegio,
no hay risas, no hay ningún color.
Escombros llenan todo, nada vivo, ocupa sus huecos;
silencio que grita de dolor.

La tapia del cementerio,
la tapia llora por ellos.
Las viudas buscan sus cuerpos.
Justicia, gritan los muertos.

En la Iglesia brillan crucifijos, cristos, huele a incienso:
el sitio donde ella habló.
El confesionario esconde historias, llantos y lamentos.
Fue el cura el que traicionó.
Poetas encerrados mueren solos de un tiro en el cuello,
fascistas que matan sin razón.
Locura que ordena genocidio de todo un pueblo,
el odio que quita la ilusión.

No debemos olvidar, la lucha debe continuar.
No es cuestión de odiar, aunque se debe recordar.
No alimentes el rencor, pero no ocultes tu dolor.
Para poder perdonar, a los nuestros se debe encontrar.

Se me hace tan raro

Mil ratas se comen mi vida desnuda,
en aquel callejón.
La hierba mantiene mi cabeza unida
a mi corazón.
Lo siento pequeña había olvidado
que ahora éramos dos.
La china, el mechero, el papel y un cigarro,
ahora lo tengo to...

Me piro solito al cajón de los sueños
Pa no molestar.
Me voy despidiendo de todas las cosas,
hoy no voy a estar.

Cómo han pasado los meses y parece que aún fue ayer,
tú aquí a mi lado desnuda, los dos viendo amanecer.

Mirar esos ojos se me hace tan raro...
Y no comerte la boca se me hace tan raro...

¡Joder! Otra vez la luz baja,
el sudor por la espalda, esto empieza ya.

En medio un concierto, soñando despierto,
no es un buen lugar.
Mis ojos te buscan por to los rincones
de este puto bar.
Sonríe la reina de corazones:
esto va estallar.
Hoy creo que estoy demasiado fumado
pero es tan real.

Mirar esos ojos se me hace tan raro...
Y no comerte la boca se me hace tan raro...
No soñar con tu cuerpo se me hace tan raro...
No drogarme tocando se me hace tan raro...
Se me hace tan raro...
Y es que se me hace tan raro...

Vuelve a amanecer

Me quité la careta
para mostrarte cómo veo el mundo.
No me hace falta disfraz.
Fingir ser otro, eso no va conmigo.
A veces puedo fallar
pero hasta arreglarlo nunca me rindo.
Dame otra oportunidad.
Juntos una noche, es lo que necesito.

Yo no se disimular cuando algo no va bien.
Y aunque las cosas estén mal, siempre vuelve a amanecer.
De nada sirve echar la vista atrás.
Lo que importa es el presente, cada momento aprovechar.

Preparé la maleta
de buenos recuerdos y algún sinsentido.
No soy como los demás:
lucho con gigantes desde mi castillo.
Puedo reír y llorar,
también soñar con canciones que escribo.
Si te apetece podemos volar,
poner rumbo a parajes prohibidos.

Sin pared, sin espada

Lejos, en los ojos del ocaso, en los rizos del mar
se dibuja el vuelo de una mariposa.
Tiene unas alas tan hermosas que su simple mirar
vuelve verso lo que un día no era más que prosa.

Le sigo el rumbo y no sé donde va (¿Dónde irá? No sé),
sigo su rumbo y de pronto no está.

Volverá
la sonrisa a mi cara;
Fijo que nunca lo hará
de una forma tan clara
pues perdí la inocencia que me bloqueaba.

Cambiará
su cabeza de almohada,
su cuerpo se quedará
sin pared, sin espada,
sin rescoldo, sin brisa que avive la llama.

Cerca de los labios de la luna se divisa un lunar
y en su lecho brota el néctar de una diosa.
Bebo de su copa y me corto con el filo del cristal,
se desliza entre mis manos temblorosas.

Se divide en pedazos, la intento arreglar.
Recojo los trozos, me vuelvo a cortar.

Me encuentro una amapola,
la recojo y la acerco pa oler.
La estrujo entre los dedos,
la deshojo y la dejo caer.
Y yo la dejé caer...

Reaccionaré a la galbana,
de entre la resaca me alzaré.
Recobraré mi camino,
mi propio destino al fuego forjaré.

Escalaré mis montañas,
mis propias batallas libraré.
Me construiré una cabaña
entre las entrañas de un precioso clavel.

De treinta y dos primaveras
conté nueve enteras a sus pies.
No esperaré en su parada,
si está interesada mi mano tenderé.

Me lameré las heridas,
las más doloridas coseré.
Desliaré las marañas
que aprietan con saña; mis manos libraré.

Descorreré los cerrojos,
otros, a mi antojo, cerraré.
Rebuscaré en los despojos,
si encuentro rastrojos, luego los quemaré.

Acudiré a las llamadas
de mis camaradas donde estén.
Me apoyaré en los peldaños
de mis aledaños y al cielo subiré.

Recordaré cada fallo,
el doble de sabio yo me haré.
Escucharé al perro viejo:
el mosto, el hollejo, todo me tragaré.

Ignoraré las querellas,
bajo las estrellas dormiré.
Me aprenderé el firmamento,
llegado el momento, el norte encontraré.

Lejos, en los ojos del ocaso, en los rizos del mar...